Piedras calladas



Piedrasalladas

Piedras calladas llenas de montaña y tierra

sienten dentro de ellas el latido de la vida forzando sus formas

Sobre ellas el cielo, lanzando su color hacia el mundo de los hombres

Hombres que corren a un lado o a otro buscando sentidos

buscando alientos que cubran vacíos

Carreras de olvidos

carreras sordas a las palabras de sus pechos que hablan de sentidos sin vacío

Corazones apagados por la tristeza se refugian tras lo conocido y se lamentan de sus miedos esquivando desafíos

Son como piedras calladas, llenas de montaña y tierra

más no sienten el latido de la vida, solo sienten la dureza de sus formas

Las personas nos movemos de un lado a otro por la vida tratando de encontrar algo que llene nuestra existencia con el fin de arrancar ese sentimiento de tristeza y vacío oscuro que nos atrapa y nos deja sin aliento.

Vamos de aquí para allá sin saber muy bien hacia donde nos dirigimos y nuestro recorrido se convierte en un sin fin de experiencias a las que tachamos de malas porque simplemente no son las que hubiéramos deseado vivir.

A veces oímos una débil voz que no sabemos de donde surge y que nos habla de parar y observar, parar y escuchar, de apostar por ese sueño acallado y saltar el acantilado de la duda, pero silenciamos rápidamente nuestro dialogo interno y nos volvemos a refugiar tras lo conocido, nos lamentamos de nuestros miedos y esquivamos los desafíos.

Pero al igual que esas piedras calladas que tras su forma guardan la grandeza de la montaña y toda la energía de la tierra fértil, somos Vida, somos formas diversas y singulares llenas de esencia y totalidad. Hemos nacido dentro del espíritu universal que lo compenetra y sostiene todo, y como parte de ese Todo tenemos la responsabilidad de escuchar a nuestro corazón y latir junto a todos los seres dentro de ese gran cuerpo que es la Vida con cada uno de sus acontecimientos.

Cuando uno encuentra e integra el bhavana, deja de sentir la dureza de las formas porque el latido de la Vida inunda irremediablemente su conciencia y entonces lo abarca todo dulce y serenamente.

Uma – (Para el libro "Om Pienso con Amor de Lola Gonzalez-Devi)